EUROPA
PRESS
24 octubre
2018
Hallan
cómo revertir la pérdida de memoria en ratones viejos
Un estudio de la Universidad de
Columbia, en Nueva York, Estados Unidos, realizado en ratones revela nuevos
detalles sobre cómo una hormona ósea natural revierte la pérdida de memoria en
el cerebro envejecido. Estos hallazgos sobre la hormona, llamada osteocalcina, pueden generar más investigaciones sobre la
maquinaria molecular que subyace en la memoria y cómo puede manipularse esta
maquinaria para mejorarla.
La investigación, publicada en 'Cell
Reports', también brinda una nueva perspectiva sobre
cómo los cambios en el estilo de vida que afectan al cuerpo, como el ejercicio,
podrían afectar de manera positiva al cerebro. El equipo fue dirigido por el
galardonado con el Premio Nobel Eric R. Kandel.
"Casi todos
experimentarán la pérdida de memoria relacionada con la edad en sus vidas, por
lo que es increíblemente importante entender sus causas e identificar formas de
mitigarla", destaca el doctor Kandel, profesor universitario y profesor de
Ciencia Cerebral Kavli, así como codirector del 'Mortimer B. Zuckerman Mind Brain Behavior
Institute' de Columbia.
"Con el estudio
de hoy, no solo estamos construyendo una comprensión detallada de cómo la
pérdida de memoria relacionada con la edad se origina en el cerebro, sino que
también mostramos cómo la osteocalcina interactúa con
proteínas clave en el cerebro para aumentar la memoria", agrega este
experto.
Durante muchos años, la pérdida de memoria fue tratada como
un trastorno singular, pero los científicos comenzaron a darse cuenta de que no
todas las formas de pérdida de memoria son iguales. La enfermedad de Alzheimer
cambia el cerebro de maneras distintas que la pérdida de memoria relacionada
con la edad, un trastorno de la memoria más leve, aunque mucho más común.
Aunque tanto la enfermedad de Alzheimer como la pérdida de memoria asociada a
la edad afectan al hipocampo, la sede del cerebro para el aprendizaje y la
memoria, cada una de ellas se centra en un área completamente diferente dentro
de esa región.
"La enfermedad de Alzheimer comienza en una parte del
cerebro llamada corteza entorrinal, que se encuentra
al pie del hipocampo", afirma el doctor Kandel, quien también es
investigador principal en el Instituto Médico Howard Hughes. "La pérdida
de memoria relacionada con la edad, por el contrario, comienza dentro del
hipocampo mismo, en una región llamada el giro dentado".
En 2013, el doctor Kandel y su equipo descubrieron otra
diferencia entre los dos trastornos: una deficiencia en la proteína RbAp48 contribuye significativamente a la pérdida de
memoria relacionada con la edad, pero no a la enfermedad de Alzheimer. Las
investigaciones han demostrado que los niveles de RbAp48
disminuyen con la edad, tanto en ratones como en personas. Los científicos
encontraron que esta disminución se puede contrarrestar; cuando aumentaron
artificialmente RbAp48 en el giro dentado de ratones
envejecidos, los recuerdos de los animales mejoraron.
En 2017, los investigadores detectaron otra forma de mejorar
los recuerdos de los ratones. Trabajando con Gerard Karsenty,
profesor y catedrático de Genética y Desarrollo en el Centro Médico Irving de
la Universidad de Columbia, los científicos encontraron que infusiones de osteocalcina, una hormona normalmente liberada por las
células óseas, tuvieron un efecto positivo en la memoria.
La interacción
entre dos moléculas, impulsora de mejoras en la memoria
El estudio de hoy conecta la osteocalcina
y la RbAp48, lo que sugiere que el impulsor clave de
las mejoras de la memoria está en la interacción entre estas moléculas. En una
serie de experimentos moleculares y de comportamiento, el equipo encontró que RbAp48 controla los niveles de expresión de BDNF y GPR158,
dos proteínas reguladas de la osteocalcina. Esta
cadena de eventos parece ser crítica; si se inhibe la función RbAp48, las infusiones de osteocalcina
no tienen efecto en la memoria de los animales. La osteocalcina
necesita RbAp48 para iniciar el proceso.
Esta compleja secuencia de señales moleculares es
completamente diferente de las asociadas con la enfermedad de Alzheimer.
"Esta es la evidencia más clara hasta ahora de que la pérdida de memoria
relacionada con la edad y la enfermedad de Alzheimer son enfermedades
distintas", sentencia el doctor Kandel.
Estos hallazgos también proporcionan evidencia adicional a
favor de cuál puede ser la mejor manera de evitar, o incluso tratar, la pérdida
de memoria relacionada con la edad en las personas: el ejercicio. Los estudios
en roedores realizados por el equipo del doctor Karsenty
han demostrado que el ejercicio moderado, como caminar, desencadena la
liberación de osteocalcina en el cuerpo. El doctor
Kandel propone que, con el tiempo, la osteocalcina
pueda llegar al cerebro, donde se encuentra con RbAp48.
Eventualmente, esto podría tener un efecto positivo a largo plazo en la memoria
y el cerebro.
"Esta noción apunta a otra línea de investigación que
estamos ansiosos por explorar, que es cómo el cuerpo envejecido actúa sobre el
cerebro envejecido y cómo se puede revertir". El doctor Kandel afirma:
"Nuestros últimos hallazgos casi seguramente no son la historia completa.
Son solo el comienzo".